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Como se han de imaginar, los buffers no nacieron junto con las computadoras sino que son una abstracción del mundo humano para explicar un concepto. De hecho una traducción un tanto oscura de la palabra Buffer es “Colchón” y se relaciona con los antiguos sistemas de reparto y entregas. Desde la época de los vaqueros y los inicios de la aviación los encargados de los sistemas de reparto y entregas descubrieron que podían ahorrarse mucho tiempo si en lugar de hacer que los mensajeros se detuvieran para entregar la mercancía colocaban uno de esos grandes colchones donde podían dejar caer los paquetes sin detenerse. De ese modo no era necesario dejar a alguien en la puerta esperando al mensajero y los empleados podían ir con toda calma y a una hora predeterminada a revisar estos buffers para ver si había llegado algún paquete. Un sistema muy parecido se utilizó en algunas fábricas y bodegas de muchos pisos en los que dejaban caer los productos por una especie de pozo vertical en cuyo fondo había un cojín y una pequeña puerta por la que se podían entregar los productos. En la actualidad las máquinas expendedoras automáticas usan buffers en los que dejan caer tanto el cambio en monedas como la mercancía de modo que el cliente no tenga que poner la mano y esperar a que estos caigan. Otro ejemplo mas sencillo es el viejo buzón de correos en el que el cartero puede dejar documentos y los habitantes pueden ir a revisarlos al regresar a su casa.

Cuando no tienes tiempo para esperar al mensajero

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