Según el entorno, el buffer de pantalla puede ser directamente accesible, como memoria convencional, para los programas locales. Los programas que muestran salidas en una terminal remota deben enviar secuencias de control especiales para manipular el buffer de pantalla. Los estándares más populares de dichas secuencias de control son ANSI y VT100. Los programas que acceder al buffer de pantalla mediante secuencias de control pueden perder la sincronización con la pantalla real, por lo que muchos programas en modo texto tienen un comando para «refrescar» toda la pantalla, a menudo asociado con la combinación de teclas Ctrl+L.
En lenguaje ensamblador este proceso se lleva a cabo con la creación de rutinas o funciones destinadas, las rutinas llegan a ser excesivamente largas, resultando conveniente asignarlas como ficheros independientes y llevar el proceso de ensamblado por separado, incluyéndolas en un fichero de proyecto (*.prj) seleccionable en los menús del compilador.
Es importante respetar las definiciones de segmentos que realiza el compilador; sin embargo se puede mezclar código de ensamblador con C.

Una característica importante de los programas en modo texto es que asumen un ancho constante de las fuentes, donde cada carácter tiene la misma anchura en pantalla, lo que permite mantener fácilmente la alineación vertical cuando se muestran caracteres semi-gráficos.